domingo, 18 de enero de 2015

Siempre Alice






Siempre Alice parece estar dedicada a todas aquellas personas que han sufrido la enfermedad del Alzheimer de alguien cercano. Digo esto por que la opinión de la película va a depender ,de manera subjetiva, de la opinión del espectador hacia esta cinta. Lo aviso, primordialmente, por que el tema que trata este film habla sobre algo que me ha tocado vivir muy de cerca en el entorno familiar, de manera que, aunque intente ser objetivo, lo mas seguro es que otro espectador que no haya sufrido un caso similar no tenga la misma sensibilidad sobre el tema que otro que lo haya sufrido en sus propias carnes. En ese sentido, Siempre Alice nos habla de lo duro que es enfrentarse a semejante enfermedad y cómo lo viven el resto de sus familiares (aunque en este caso el protagonismo se centra en la que lo padece). Y después de visionar el film, desde luego, muy correcto, he de decir que plasma perfectamente ese sentimiento de impotencia ante una enfermedad que no tiene cura y que, psicológicamente, es muy dolorosa.

La sinopsis oficial dice así: Alice Howland (Julianne Moore), felizmente casada y madre de tres hijos adultos, es una conocida lingüista que empieza a olvidar algunas palabras. El devastador diagnóstico de alzheimer de inicio precoz pone a prueba las relaciones familiares. Su lucha por seguir conectada a la persona que fue es desgarradora, conmovedora y estimulante.

Un aviso, especialmente a aquellos que han padecido la situación en sus carnes: llevaros kleenex. Lo digo, por que el film retrata muy bien esta enfermedad con situaciones dramáticas que, cualquiera que lo haya sufrido, se verá reconocido en la pantalla. Y sobre este tema quería hablar yo, y no precisamente como algo positivo: hay instantes en Siempre Alice que busca tan desesperadamente la lágrima fácil que resulta demasiado manipulador, con unas intenciones que, aunque agradecidas, resultan demasiado evidentes (hablo del la escena de la convención, cuyo excelente discurso se va por agua de borrajas ante una puesta en escena que usa una evidente música dramática y muestra a todos los presentes con lágrimas en los ojos...en resumidas cuentas, el director te dice que tienes que llorar si o si).Con esto quiero decir que no hacía falta exaltar el drama de la cinta para sacar las lágrimas del espectador de forma evidente, pues el tema tratado ya es lo suficientemente dramático de por sí como para hacerlo aún mas obvio.

Pero es en los detalles donde esta película acierta…detalles que se deben, principalmente, a la interpretación de Julianne Moore, que, como siempre, está esplendida. El proceso de cambio que sufre el personaje está muy bien tratado por sus creadores, y lo cierto es que vemos cada fase del proceso que sufre la protagonista. Es cierto que el film peca de elipsis en el tiempo demasiado bruscas y poco claras, pero nunca nos aleja de Alice, que es lo principal, y lo cierto, es que es tan creíble su progresiva pérdida que conmueve presenciarlo. Especialmente unos 20 minutos finales donde el film pone la mano sobre la mesa y nos muestra, tal cual, como se sufre esta enfermedad en su fase plena (la escena final resulta desgarradora por una interpretación de su actriz inmensa…).En ese sentido, Julianne Moore consigue ser el personaje y su transformación la plasma tan bien que solo caben alabanzas a su trabajo (los balbuceos, esa mirada perdida...).

Está claro que Siempre Alice es un film para el lucimiento de su intérprete principal (es mas, ella es el pilar fundamental de la película), pero el resto del reparto tampoco desmerece: Alec Baldwin cumple correctamente en la piel de marido que debe sufrir en sus propias carnes la enfermedad de su esposa (aunque su personaje quede desaprovechado); Kate Bosworth está estupenda en su rol de hija mayor (y cuyo tratamiento en el guión me pareció de lo mas interesante); y Kristen Stewart, lo cierto, es que sorprende para bien, y aunque carezca de la intensidad necesaria que siempre se le echa en cara a la actriz (con razón), cumple muy bien y consigue que su personaje resulta creíble (atención a su cara cuando Alice la felicita por su trbajo como actriz…).El entorno familiar , de clase media, aunque es cierto que se pudo aprovechar de forma mas intensa, conmueve a base de sencillez y credibilidad.

Es cierto que si a algo se le puede achacar al film es de que no se diferencia del típico drama de sobremesa que transmiten los fines de semana, debido a una puesta en escena, que aunque intenta darle un toque personal (la cámara desenfocando objetos y personas o la sequedad de sus últimos minutos), resulta de lo mas funcional. También debido a su forma evidente de buscar la lágrima fácil a través de una música sensiblera de Ilan Eskheri, que aun con todo, funciona…y seguramente el público que no haya sentido ningún tipo de conexión con esta enfermedad, los sentimientos que transmite el film no les llegará de la misma manera que a otros, aunque afortunadamente, conocerán el sufrimiento de las personas que lo padecen, al igual que sus familiares.

Familiares y pacientes a los que ésta película, desde luego, conoce muy bien. Siempre Alice nos recuerda que, a pesar de las adversidades de la vida, siempre tenemos el amor de alguien: un marido, un padre, una madre, un hijo…Un amor que no conoce de enfermedades y que es lo único que nos sustenta el alma. Puede que ésta película será una mas para muchos de ustedes, pero para los que hemos sufrido esta enfermedad de cerca, llega a calar hondo al transmitir la sensación de que no estamos solos, que hay alguien que nos comprende, que nos entiende…y todo a través del cine. Gracias por este regalo.


Crítica dedicada a mi abuela, que falleció a finales de año a causa de esta enfermedad, y a todos aquellos que lo han sufrido de cerca o lo han padecido.

GENERALIZANDO: creíble retrato de Alzheimer
Puntuación: 6,5



P.D.: crítica escrita para Factoría del cine por un servidor

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