Whiplash comenzó su trayectoria de la mejor manera posible: en el Festival de Sundance. Allí se alzó con dos premios, el de Mejor Película y el Premio del Público ni más ni menos. Las críticas que se vertieron sobre ella no podían ser mejores, y la tachaban como una de las películas mas importantes del año. Este tipo de marketing a veces, juega una mala pasada en una película, pues películas que han triunfado en Sundance son muchas y sus resultados (a veces) distaban mucho de ser excelentes (aún recuerdo las elogiosas críticas de Juno de Jason Reitman…cuyas expectativas no se vieron cumplidas por mi parte a pesar de que era una cinta meramente agradable), y temía que con esta película pasara lo mismo. Siendo unánimes los premios que se está llevando a Mejor Actor Secundario para J.K.Simmons, quedaba por ver si Whiplash cumplía las expectativas que bien marcan su cartel (no hay hueco que no remarque lo excelente que es). Pues bien, otra vez me como mis palabras, por que después de su visionado me ha dejado muy claro que estamos ante la mejor película del 2015 sin discusión.
La sinopsis oficial dice así: Andrew Neiman (Miles Teller)
es un joven y ambicioso baterista de jazz, absolutamente enfocado en alcanzar
la cima dentro del elitista conservatorio de música de la Costa Este en el que
recibe su formación. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su
padre, Andrew alberga sueños de grandeza, ansía convertirse en uno de los
grandes. Terence Fletcher (J.k.Simmons) un instructor bien conocido tanto por
su talento como por sus aterradores métodos de enseñanza, dirige el mejor
conjunto de jazz del conservatorio. Fletcher descubre a Andrew y el baterista
aspirante es seleccionado para formar parte del conjunto musical que dirige,
cambiando para siempre la vida del joven. La pasión de Andrew por alcanzar la
perfección rápidamente se convierte en obsesión, al tiempo que su despiadado
profesor continúa empujándolo hasta el umbral de sus habilidades…y de su salud
mental.
No sabría ni por donde comenzar a citar las innumerables
virtudes que posee Whiplash. Quizá lo que mas me llamo la atención del film, es
que de un tema que, personalmente, me interesaba bien poco, consiguió que no
despegara el interés de la pantalla en ni un solo segundo. La fuerza y
contundencia narrativa de sus directores es tan aplastante, que es imposible no
entrar en el relato, cargado de una intensidad brutal que en todo momento nos
deja, dicho coloquialmente, con el culo torcido. Es como si sus creadores
cogieran la quinta marcha y de ahí no bajan…eso es Whiplash. Una intensidad
emocional que está manejada con una
precisión maravillosa y que sabe en todo momento cómo manejar las tensas
situaciones que el propio relato plantea (la tensión que se respira en cada uno
de los ensayos de Fletcher es tremenda...hasta el espectador siente como si
estuviera allí presenciando ese infierno).
Un relato, por cierto, que puede parecer sencillo y
predecible en su estructura (muchacho quiere triunfar en el mundo de la
música…y de esas hay miles), pero cuyo desarrollo toma caminos completamente
distintos, mostrando un discurso sobre el sacrificio que deja, literalmente,
sin habla. Un sacrificio que toma como base el modelo del “sueño americano”
desde un punto de vista tan radical que resulta incluso incomodo. Especialmente
en una descripción de personajes perfecta donde no hay blancos o negros, sino
grises: nuestro protagonista nos es descrito como un muchacho humilde (y
tímido) pero que no tiene límites a la hora de pisar y sacrificar a otros con tal de alcanzar su objetivo
(atención a la relación que mantiene con una empleada del cine...parece que el
relato puede decaer ahí, pero resulta imprescindible para ver el nivel de
sacrificio de Andrew por su objetivo) y Fletcher lo sabe…exprime esa idea del
triunfo hasta límites inaguantables por una sola idea que no soporta y que es
la que mueve todo el film…el conformismo. Una obsesión que el personaje de
Terence intenta inculcar sin que encuentre su objetivo.
Por eso, la lucha de estos dos personajes por conseguir sus
metas resulta bien ilustrada, por que comprendemos a sus personajes, a pesar de
que no podamos estar de acuerdo con sus principios. Y es ahí donde el papel de
sus actores brilla con luz propia: Miles Teller está impecable, mostrando la
transformación emocional de su personaje de forma magnifica, y cada ve que toca
la batería hipnotiza la pantalla; pero es J. K. Simmons el que, merecidamente,
se llevará todos los elogios pues su interpretación en Whiplash es de una
energía, sencillamente, deslumbrante…desde su primera aparición, la presencia
de su personaje impone de tal forma que se ha creado uno de los personajes mas
memorables que nos ha deparado el cine durante estos últimos años (una especie
de Sargento Hartman de La Chaqueta Metálica), y su manera de mostrarnos su lado
mas cruel y su lado mas humano hace que el público empatice con el personaje de
forma inmediata.
¿El resto? Igual de maravilloso. La puesta en escena de
Damian Chazelle (un nombre a tener en cuenta) sigue unos parámetros correctos a
la hora de mostrarnos la vida de Andrew, pero cuando la música hace acto de
presencia, el director saca toda su rabia (como los personajes), y nos sumerge
en una montaña rusa musical intensa donde la energía no decae en ni un solo
instante, gracias en parte a un montaje SOBERBIO que aprovecha cada uno de
estos momentos como si fuera el último (por no hablar de su apoteósico clímax
final), y siendo la culpable de que el film vaya con un ritmo espectacular.
Respecto a la banda sonora…primordial, necesaria, brillante…podría seguir y no
parar, pero, fíjense que el jazz no es de mis géneros preferidos, y en este
film adquieren un cariz increíble.
Whiplash es una patada de rabia. Una patada que sienta
maravillosamente bien, dejando una sensación de haber presenciado una película
que no conoce de puntos flacos. El final, como sus personajes, nos deja
exhaustos…exhaustos de GRAN CINE. Esa es la sensación final que deja esta
película…tenía que venir una película independiente para darnos con un canto en
los dientes a aquellos que aún no creían en la magia y en el poder del cine.
Whiplash ha venido para callarnos a todos y a gritar de rabia…lo mas cercano a
una obra maestra que veréis este año. De visionado obligatorio.
GENERALIZANDO: OBRA MAESTRA
Puntuación: 10
P.D.: crítica escrita para Factoría del cine, por un servidor
P.D.: crítica escrita para Factoría del cine, por un servidor
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